Respuestas a la Esfinge

Lunes, 07 de septiembre de 2009
En su cuento "Oficio de Pregunta", Jairo Anibal Niño nos cuenta que las esfinges viven de las cuestiones no resueltas, de los enigmas que no se pueden resolver. La esfinge que le impuso el enigma a Edipo muere por la respuesta que este le da... y deja como descendencia una esfinge hija que busca angustiada no sucumbir igual que su progenitora. Logra sobrevivir a su destino al encontrar tres preguntas:

¿Quien eres?
¿De donde vienes?
¿Para donde vas?


Como es de esperarse la esfinge puede seguirse alimentando eternamente de ese aire sin respuesta de sus preguntas insolubles.

Este es tan solo un bosquejo de respuesta, transitorio, parcial, mudable y fragil, asi que espero que no turbe la salud de la esfinge...

Nefertari, 2009
En la danza he encontrado quién soy... pero, ¿cómo transmitirlo en palabras? El palpitar de mi cuerpo que danza es la certeza de la vida en mi interior. Soy porque danzo, porque el movimiento es en mí. Y soy ese movimiento, ese palpitar, esa certeza. Soy en mi sentir profundo, soy anima y cuerpo, soy unidad múltiple que se transforma.

Es, a veces, difícil ser yo misma... inclusive al danzar... he necesitado de un largo camino para encontrarme... y sin embargo aún hay matices de mí misma que están perdidos en la sombra y que solo aparecen en momentos difíciles o de giros bruscos y violentos... atreverme a ser yo misma es también asumir el riesgo de no ser aprobada por otros, y sin embargo seguir la senda que mi Ser, mi corazón y mi Destino han escogido para mí. Hacer lo que siento justo para mí, ser coherente con mi sentir, aunque con ello a veces pierda supuestas ventajas o privilegios... es por ahora más un deseo que una realidad, pero construyo esa realidad cada día, cuestionándome una y otra vez en mi camino.

Yo vengo de Rosalbina, de su fuerza y de su ira, de su silencio y de su impulso, que mi madre me ha entregado... pero también vengo de Ana Gertrudis y Ana Silvia, de su orden y su compostura, de sus reglas y su miedo...

Yo vengo de Lilith y de Eva, de las diosas devoradoras y protectoras, de las brujas y hechiceras ocultas y al acecho, de las arpías y las vírgenes, de las guerreras y las esclavas... yo vengo de La Gran Madre Universal, inmensa, múltiple, absoluta e irrevocable...

Y vengo también de las madres arañas y las madres libres, vengo de Medea y de Salomé, vengo de la Cortesana y la Santa, vengo de la Amante y de la dulce Inocencia, vengo del fuego y la prudencia, vengo de las reglas y del Padre Unico que las engendró, vengo de la razón y la medida.

Vengo de la dualidad.

Y... ¿para dónde voy? La vida es un río inmenso de fluir eterno, tiene su propio sentido, sus corrientes, sus remolinos, su voluntad y su albedrío... Voy a donde la vida me lleva por elección mía, a donde necesito ir para aprender y descubrir y para compartir con otros lo que hemos aprendido... y voy, ojalá, hacia la humildad de la aceptación de los propios dones y talentos, hacia la responsabilidad de cultivarlos y multiplicarlos...

Voy creciendo y contruyéndome y cambiando estructuras ancestrales por otras nuevas que resuenen mejor con los nuevos tiempos...

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