Cierres y despedidas
Otra nota de catarsis... sólo que en ésta ocasión la emoción está aún fresca y es difícil escribir...
Cuando has cometido un error, una falta a la impecabilidad, como yo lo he hecho en este caso, te sientes a veces con la carga de la culpa. Tratas de negar lo que hiciste, o de ponerle menos peso, o de culpar al otro. Pero independiente de las faltas del otro, si te equivocaste, te equivocaste, no hay atenuantes ante los hechos.
Recuerdo que un profesor hace muchos años citó a Castaneda diciendo que había que seguir los caminos con corazón... yo me sentí descorazonada hace un par de meses cuando creí que no me valoraban y que mi labor no era importante para quienes me empleaban. En ese momento, continuar allí dejó de ser un camino con corazón.
Lo sentí varias veces, pero tomar la decisión de partir era difícil... la comodidad de lo conocido me hacía sentir miedo de asumir esa decisión que mi corazón ya había tomado. Muchas veces he sentido que en mí no soy yo la que toma la decisión sino que es la decisión la que me toma a mí. Y entonces me cuesta muchísimo asumirla, porque la siento aún como un mandato de la vida.
Esta vez también, al no decidir partir a tiempo, mis acciones me llevaron a poner en manos de otros la decisión que yo ya sabía que era necesaria: Partir.
Es un cierre a un ciclo de mi vida. Sé que vienen cosas mejores y sé que el camino depende de mí. Será de la Mejor Manera Posible.
Pido perdón por haber perdido el corazón de ese camino y no asumirlo a tiempo...
Pido perdón por haber traicionado la confianza que pusieron en mí...
Pido perdón por haber dejado truncados tantos procesos que por mi partida quedaron en el aire...
Pido perdón por no haber tenido el valor de partir antes y haber podido planear el final de mejor manera...
Pido perdón por haber sentido tanta ira al tener que asumir las consecuencias de mis acciones...
Y me pido perdón a mí misma por no haberme sabido escuchar, por no haberme sabido amar lo suficiente para haber evitado esta traición a mí misma.
Agradezco por todos los aprendizajes, por todas las enseñanzas, por todos los ires y venires que me permitieron construirme y empezar a construir mis sueños...
Agradezco por todas las personas que me aportaron y que me dieron su alegría y su confianza y su apoyo...
Agradezco por las ventajas que pude vivir y disfrutar tantos años...
Agradezco por las personas bonitas que encontré y que siguen conmigo y también por las que se quedaron atrás...
Agradezco por todo lo que me aportaron para continuar y crecer a todos los niveles...
Y me agradezco a mí misma por que sé que todo es como corresponde y si un ciclo se ha cerrado ahora es porque ya era tiempo de empezar algo nuevo.
Cuando has cometido un error, una falta a la impecabilidad, como yo lo he hecho en este caso, te sientes a veces con la carga de la culpa. Tratas de negar lo que hiciste, o de ponerle menos peso, o de culpar al otro. Pero independiente de las faltas del otro, si te equivocaste, te equivocaste, no hay atenuantes ante los hechos.
Recuerdo que un profesor hace muchos años citó a Castaneda diciendo que había que seguir los caminos con corazón... yo me sentí descorazonada hace un par de meses cuando creí que no me valoraban y que mi labor no era importante para quienes me empleaban. En ese momento, continuar allí dejó de ser un camino con corazón.
Lo sentí varias veces, pero tomar la decisión de partir era difícil... la comodidad de lo conocido me hacía sentir miedo de asumir esa decisión que mi corazón ya había tomado. Muchas veces he sentido que en mí no soy yo la que toma la decisión sino que es la decisión la que me toma a mí. Y entonces me cuesta muchísimo asumirla, porque la siento aún como un mandato de la vida.
Esta vez también, al no decidir partir a tiempo, mis acciones me llevaron a poner en manos de otros la decisión que yo ya sabía que era necesaria: Partir.
Es un cierre a un ciclo de mi vida. Sé que vienen cosas mejores y sé que el camino depende de mí. Será de la Mejor Manera Posible.
Fotografía Karina Parra |
Y para cerrar el círculo:
Pido perdón por haber perdido el corazón de ese camino y no asumirlo a tiempo...
Pido perdón por haber traicionado la confianza que pusieron en mí...
Pido perdón por haber dejado truncados tantos procesos que por mi partida quedaron en el aire...
Pido perdón por no haber tenido el valor de partir antes y haber podido planear el final de mejor manera...
Pido perdón por haber sentido tanta ira al tener que asumir las consecuencias de mis acciones...
Y me pido perdón a mí misma por no haberme sabido escuchar, por no haberme sabido amar lo suficiente para haber evitado esta traición a mí misma.
Y también:
Agradezco por todos los aprendizajes, por todas las enseñanzas, por todos los ires y venires que me permitieron construirme y empezar a construir mis sueños...
Agradezco por todas las personas que me aportaron y que me dieron su alegría y su confianza y su apoyo...
Agradezco por las ventajas que pude vivir y disfrutar tantos años...
Agradezco por las personas bonitas que encontré y que siguen conmigo y también por las que se quedaron atrás...
Agradezco por todo lo que me aportaron para continuar y crecer a todos los niveles...
Y me agradezco a mí misma por que sé que todo es como corresponde y si un ciclo se ha cerrado ahora es porque ya era tiempo de empezar algo nuevo.
Lo mejor de todo comienza ahora.
Lo importante es reconocer, aprender y continuar el camino!
ResponderEliminarMi princesa adorada... el camino nunca es oscuro para los que confían... tu destino es seguir construyendo una vida maravillosa y verdadera, aceptando que nada está bajo tu control y que decides fluir con la voz del universo. Que ojalá esta experiencia te haga más sabia y no te preocupes... sabes que estamos aquí para ti, para todo lo que necesites. Te quiero muchísimo...
ResponderEliminar